Peligros de los solventes en la producción de calzado /Parte I de II



Kevin Thomas /Red de Solidaridad de la Maquila, 1998

Uno de los problemas crónicos observados por la mayoría de los monitores de condiciones de trabajo en las fábricas de calzado es la falta de protección adecuada contra los solventes utilizados en el proceso de producción. Los trabajadores están expuestos regularmente a químicos peligrosos en los adhesivos, bases de pintura, desengrasadores y limpiadores. Gran parte de esta exposición ocurre durante el proceso de pegado, en el que se utilizan adhesivos tóxicos para fijar la suela externa a la interna. También se usan sustancias químicas en la base y la limpieza de las suelas.

¿Qué clase de sustancias químicas y cuáles son los peligros?

El tolueno o el metilbenzeno, el químico primario utilizado en solventes de calzado, causa daños al hígado, riñones y el sistema nervioso central. El Dr. Howard Frumpkin de la Universidad Emory dice que también causa "problemas reproductivos como defectos de nacimiento, recién nacidos de escaso peso, y discapacidades de desarrollo en los niños".
La acetona es un líquido incoloro utilizado como solvente y para fabricar otros químicos. Puede afectar cuando se lo inhala y atraviesa la piel. La exposición prolongada a altos niveles de acetona afecta la sangre y causa irritación en la nariz, pulmones y ojos, así como dolores de cabeza, mareos y náusea, pérdida del conocimiento y daño a la piel de la boca. Afecta también el ciclo menstrual de las trabajadoras.
El ABS14 es un solvente químico utilizado generalmente como adhesivo en las industrias del calzado y del plástico en China. Nike, Reebock y otras grandes marcas utilizan este solvente. El ABS es transparente, muy fluido y volátil. Los trabajadores expuestos a este solvente pueden sufrir deshidratación, náusea, dolores de cabeza, mareos y dificultades de respiración. Puede también conducir a daños del hígado y el sistema nervioso. Sin una ventilación y protección adecuadas, el ABS entra fácilmente al cuerpo a través de los canales respiratorios y la piel.

Protección

La medida preventiva más efectiva es reducir o eliminar el vapor del solvente ubicando el extractor de aire en la fuente de la emisión de vapor. La ventilación apropiada es un tema clave, así como las máscaras protectoras para los trabajadores que aplican el cemento y guantes para los trabajadores que mezclan sustancias tóxicas. Se necesitan distintos tipos de guantes para distintos químicos. La acetona, por ejemplo, requiere guantes de goma y no de plástico. El tolueno requiere guantes Viton o posiblemente PVA (alcohol polivinil) y no guantes de goma o de plástico. Lo mismo con las máscaras. Hay distintos tipos de máscaras para proteger contra distintos tipos de adhesivos o solventes y por distintos ambientes de trabajo. Mobil Oil, fabricante de tolueno, dice que los trabajadores deben usar respiradores de "tipo químico".

¿A qué niveles están expuestos los trabajadores?

La auditoría de Ernst & Young de 1996 en la fábrica Tae Kwang Vian Industrial Ltd. Co. de Vietnam, encontró que el tolueno presente en el aire alrededor de la fábrica era de 6 a 177 veces el nivel permitido por las regulaciones vietnamitas, y que la acetona había alcanzado 18 veces el límite legal. El informe determinó que el 77% de los trabajadores sufrían problemas respiratorios. En la fábrica Sam Yang de Vietnam, una inspección realizada en 1996 encontró que los niveles de tolueno excedían los estándares legales en hasta más de 50mg por metro cúbico.

Las promesas de Nike

Estas preocupaciones sobre sustancias tóxicas en fábricas contratistas han sido elevadas continuamente con empresas como Nike. Las promesas declaradas de Nike de mejorar la calidad del aire y de eliminar los tóxicos son las siguientes: Nike conducirá test del aire dentro de las plantas en todas las fábricas de calzado y realizará test de seguimiento "donde sea requerido". Las fábricas tendrán tres meses de la fecha del informe final para "realizar las correcciones que hagan que la calidad del aire sea igual a la requerida por OHSA” (la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional de los EE UU); Nike "reemplazará los solventes de base de petróleo de la industria con compuestos más seguros hechos a base de agua”. Nike dice que "8 de cada 10 calzados de Nike son fabricados utilizando adhesivos de base de agua, y que se están realizando substituciones hacia bases de pintura, desengrasadores y limpiadores de base de agua”. Una empresa llamada McDonough Braungart Design Chemistry es la elegida de Nike para elaborar una lista de materiales y procesos químicos que sean “eco-efectivos”.
Los estándares de OHSA –a los cuales Nike ha prometido que deberán sujetarse sus contratistas– establecen que la exposición al tolueno debe estar limitada a 200 ppm (partes por millón), es decir, aproximadamente 200 gramos por metro cúbico. El límite legal de Vietnam a la exposición de tolueno es de 100mg por m3, mucho más bajo que el de OHSA. Esto plantea la pregunta obvia: ¿que hará Nike si los estándares de OHSA son de hecho peores que los estándares locales? Otra preocupación con los estándares de OHSA, según el Dr. Frumpkin, es que los mismos "fueron determinados basados en la salud de trabajadores varones, sin tomar en cuenta la toxicidad reproductiva, un elemento importante en una industria que emplea muchas mujeres en edad reproductiva". ¿Son entonces los estándares de OHSA suficientes?

(Continuará)

La matanza del Templo Mayor y la "Noche Triste"







Algunas escenas de la invasión que realizaron mercenarios españoles, comandados por Hernán Cortés, en tierras mexicanas




Desde que los invasores españoles se establecieron en Tenochtitlan, el 8 de noviembre de 1519,
su comandante, Hernán Cortés, mantuvo prácticamente prisionero a Moctezuma, el monarca de los mexicas. Entonces sucedió la matanza del Templo Mayor a manos del traidor Pedro de Alvarado y sus hombres.
Cortés había partido de la ciudad para cerrarle el paso a Pánfilo de Narváez, quien pretendía llevárselo a la isla de Cuba por órdenes de su gobernador, Diego Velázquez, que estaba “celoso” de los “éxitos” alcanzados por el invasor.
Pedro de Alvarado quedó a cargo de Tenochtitlan, y sus pobladores, los mexicas, con la autorización de Cortés, iniciaban la fiesta de Tóxcatl, que duraba diez días y la celebraban en honor de Huitzilopochtli, su dios principal. Cuando la festividad alcanzaba su máximo esplendor, “el Sol”, como llamaban los mexicas a Alvarado, “alevosamente llevó a cabo la matanza”.
Esta es parte de la narración que los informantes indígenas de Fray Bernardino de Sahagún hicieron de aquella masacre:
“Pues así las cosas mientras se está gozando de la fiesta, ya es el baile, ya es el canto, ya se enlaza un canto con otro, y los cantos son como un estruendo de olas, en ese preciso momento los españoles toman la determinación de matar a la gente. Luego vienen hacia acá, todos vienen en armas de guerra.
(...)
“Inmediatamente cercan a los que bailan, se lanzan al lugar de los atabales: dieron un tajo al que estaba tañendo: le cortaron ambos brazos. Luego lo decapitaron: lejos fue a caer su cabeza cercenada.
“Al momento todos acuchillan, alancean a la gente y les dan tajos, con las espadas los hieren. A algunos les acometieron por detrás; inmediatamente cayeron por tierra dispersas sus entrañas. A otros les desgarraron la cabeza: les rebanaron la cabeza, enteramente hecha trizas quedó su cabeza.
(...)
“La sangre de los guerreros cual si fuera agua corría: como agua que se ha encharcado y el hedor de la sangre se alzaba al aire, y de las entrañas que parecían arrastrarse.
“Y los españoles andaban por doquiera en busca de las casas de la comunidad: por doquiera lanzaban estocadas, buscaban cosas: por si alguno estaba oculto allí; por doquiera anduvieron, todo lo escudriñaron. En las casas comunales por todas partes rebuscaron.”

La reacción de los mexicas

La respuesta no se hizo esperar, y así la narran los informantes a Sahagún:

“Cuando se supo fuera, empezó una gritería:
-Capitanes, mexicanos... venid acá. ¡Que todos armados vengan: sus insignias, escudos, dardos!... ¡Venid acá de prisa, corred: muertos son los capitanes, han muerto nuestros guerreros... Han sido aniquilados, oh capitanes mexicanos.
“Entonces se oyó el estruendo, se alzaron gritos y el ulular de la gente que se golpeaba los labios. Al momento fue el agruparse, todos los capitanes, cual si hubieran sido citados: traen sus dardos, sus escudos.
“Entonces la batalla empieza: dardean con venablos, con saetas y aun con jabalinas, con harpones de cazar aves. Y sus jabalinas furiosos y apresurados lanzan. Cual si fuera capa aurilla, las cañas sobre los españoles se tienden.”
Y los españoles, acuartelados ya y habiéndole puesto grilletes a Moctezuma, responden a los indígenas con “dardos de hierro” y disparos de cañón y de arcabuz.
Alvarado obliga a Moctezuma a enviar un mensaje a su gente, lo cual lleva a cabo el monarca a través de su enviado Itzcuauhtzin. Cuando éste comunica a la gente enardecida que a su rey le han puesto grillos y que él les pide que dejen de luchar porque, dice, no son competentes para hacerle frente a los españoles, “se enojaron en extremo los mexicanos, rabiosos se llenaron de cólera y le dijeron:
-¿Qué es lo que dice ese ruin de Motecuhzoma? ¡Ya no somos sus vasallos!
“Luego se alzó el estruendo de guerra, fue creciendo rápidamente el clamor guerrero. Y también inmediatamente cayeron flechas en la azotea. Al momento los españoles cubrieron con sus escudos a Motecuhzoma y a Itzcuauhtzin, no fuera a ser que dieran contra ellos las flechas de los mexicanos.
“La razón de haberse irritado tanto los mexicanos fue el que hubieran matado a los guerreros, sin que ellos siquiera se dieran cuenta del ataque, el haber matado alevosamente a sus capitanes. No se iban, ni desistían.”
Los mexicas sitiaron a los españoles, los acorralaron en las casas reales de Moctezuma. Durante siete días los atacaron, y “los mantuvieron en jaque” por espacio de veintitrés días. Nadie podía salir ni entrar y vigilaban día y noche, por todos los caminos, para que nadie les llevara comida a los traidores. Esta era su estrategia.
Cuentan los informantes que durante esos días la gente desazolvó las acequias o zanjas, las ensancharon y ahondaron y las obstruyeron con maderos. “Y se hizo difícil el paso por todas partes”, porque también cercaron y obstruyeron todos los caminos y las calles.

La Noche Triste

A su regreso, después de vencer a Pánfilo de Narváez y de aumentar su tropa con soldados del propio Narváez que se le unieron, Cortés encontró a los hombres de Alvarado hambrientos y cansados dentro de las casas reales. Los mexicas habían decidido ocultarse y esperar para soltar su ataque.
Al enterarse Cortés de lo que estaba sucediendo ordenó disparar los cañones y “durante cuatro días se luchó con denuedo”. Los españoles “arrojaron a la orilla del agua los cadáveres de Motecuhzoma y de Itzcuauhtzin”, y según el cronista Alva Ixtlilxóchitl no se supo si los mataron los propios invasores o las pedradas de los indígenas.
Después de siete días, Cortés y sus hombres intentaron por la medianoche abandonar Tenochtitlan, y entonces llegó la venganza de los guerreros mexicas durante lo que conocemos como la Noche Triste.
Los españoles, con los tlaxcaltecas pegados a sus espaldas, “cual si fueran un muro” todos, cruzaban la noche sigilosamente, llevando consigo puentes portátiles para atravesar los canales. Así pasaron los canales de Tecpantzinco, Tzapotlan y Atenchicalco. Pero al llegar al cuarto canal, el de Mixcoatechialtitlan, una mujer que sacaba agua los vio y gritó con todas sus fuerzas:
“Mexicanos... ¡Andad hacia acá: ya se van, ya van traspasando los canales vuestros enemigos!... ¡Se van a escondidas!...”
Sobre el templo de Huitzilopochtli un hombre continuó el grito, que toda la gente escuchó: “Guerreros, capitanes, mexicanos... ¡Se van vuestros enemigos! Venid a perseguirlos. Con barcas defendidas con escudos... con todo el cuerpo en el camino”.
Remando con fuerza, azotando sus barcas, comenzaron a llegar de todos lados guerreros que iniciaron el ataque con dardos y flechas. Caían españoles y tlaxcaltecas, pero también mexicas alcanzados por flechas de ballesta y balas de arcabuz. Al llegar los españoles al canal de los toltecas, en Tlaltecayohuacan, “fue como si se derrumbaran –según los informantes de Sahagún-, como si desde un cerro se despeñaran. Todos allí se arrojaron, se dejaron ir al precipicio. Los de Tlaxcala, los de Tliliuhquitepec, y los españoles, y los de a caballo y algunas mujeres.”
En el canal se extendió una especie de alfombra sumergida de cuerpos inertes sobre la que se apoyaron los demás fugitivos, logrando llegar a la otra orilla. El canal de Petlacalco lo pudieron pasar con cierta calma utilizando uno de sus puentes portátiles de madera. Allí reposaron.
Continuaron hasta Popotla. Allí los recibió el amanecer y, por desgracia para ellos, también los aguerridos mexicas. Comenzó la lucha. Caían tlaxcaltecas, españoles y mexicanos, pero estos últimos no sólo mataban a unos y otros, también capturaban indígenas. Persiguieron a los españoles hasta Tlacopan (Tacuba) y allí los combatieron y los hicieron huir. En esta batalla muere Chimalpopoca, el hijo de Moctezuma, atravesado por una flecha de ballesta.
Los españoles y sus aliados llegaron a Otumba, donde son bien recibidos y atendidos, pero allí todavía deben rechazar un último ataque, del cual se salvan de morir porque matan al capitán de los mexicas.
Como resultado final, los españoles sufrieron cientos de bajas, entre ellas Ana, la hija de Moctezuma, embarazada por Cortés. El mismo Cortés perdió dos dedos de la mano izquierda. Las víctimas entre sus aliados, atacados con especial saña por los mexicas, se contaron por miles. Así concluyó la respuesta a la matanza del Templo Mayor.
Veinte días después, ya descansados, Cortés y sus hombres invadieron Tenochtitlan, abandonando la anterior actitud diplomática y organizando un calculado ataque por tierra y agua que, esta vez sí, dejó la ciudad en manos españolas.

Fuentes:
http://biblioweb.dgsca.unam.mx/libros/vencidos/cap9.html#1
http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/1650.htm

La salud y la "comida chatarra"



Antonio Gershenson /Extracto de su artículo publicado en La Jornada


Se han anunciado resultados de una encuesta sobre el estado de la salud y de la nutrición en México en 2006. Entre los muchos aspectos cubiertos en ella, vamos a referirnos al sobrepeso y la obesidad, dos problemas que se agravan y que, como se dice en el texto de la encuesta, son "factores de riesgo importantes para el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo las cardiovasculares, diabetes y cáncer".
Estos problemas de sobrepeso y obesidad "afectan a cerca de 70 por ciento de la población... entre los 30 y los 60 años". El conjunto de mujeres de 20 a 49 años tuvo un aumento de esos problemas en un 77 por ciento entre 1988 y 1999, y un aumento adicional de 13.6 por ciento de 1999 a 2006.
En cuanto a los niños de 5 a 11 años, el sobrepeso y la obesidad se elevaron, entre 1999 y 2006, en un 40 por ciento. En relación con los adolescentes (12 a 19 años), uno de cada tres padece esos problemas. Además, el aumento en el grado de estos males en estas últimas edades, fue de 14 por ciento.
Esto nos lleva a una polémica, no sólo en palabras sino en hechos ya adoptados: la que se da en torno a la prohibición de la venta de "alimentos chatarra", incluyendo las bebidas, en las escuelas. La medida se ha adoptado ya en varios lugares, dentro y fuera de nuestro país. Y una de las explicaciones principales del aumento del sobrepeso y la obesidad en México, es precisamente la proliferación de la comida chatarra.
Los alimentos incluidos en este tipo de comida, elaborados a base de harinas o similares, o que contienen como cubierta estos productos, se fríen u hornean a muy alta temperatura. Este proceso genera grasas saturadas, con alto contenido de colesterol y de difícil digestión. Esto a su vez implica acumulación de grasas en el cuerpo y de colesterol en la sangre, lo cual puede llegar a ser mortal.
Las bebidas, como los refrescos (especialmente con sabor de cola), contienen cantidades importantes de azúcares. En su elaboración utilizan el azúcar para contrarrestar el sabor agrio de los ácidos que suelen contener y, en ocasiones, en combinación con sustancias que forman hábito.
Al consumo de alimentos y bebidas chatarra se suma la ausencia o insuficiencia en la alimentación de verduras y frutas, necesarias para varias funciones del cuerpo y para una nutrición más completa y mucho menos generadora de grasas que se acumularían en el cuerpo.
La encuesta, que en realidad es un toque de alarma, debe ser tomada muy en cuenta, para la defensa de la salud de los ciudadanos y sus familiares.
Por cierto, cabe recordar que varias de las empresas que elaboran y venden estos productos chatarra, han sido puestas en "listas negras" por el papel que jugaron en apoyo a la guerra sucia que practicó principalmente la derecha durante el pasado proceso electoral.

Poseen los niños talento natural para la aritmética



Los niños poseen una habilidad innata para efectuar cálculos aproximados de sumas y restas antes incluso de haber adquirido conocimientos de aritmética, según un estudio publicado hoy por la revista británica Nature.
Un experimento llevado a cabo por un equipo de psicólogos de las Universidades de Nottingham en Inglaterra, y de Harvard en EEUU, revela que los niños son capaces de dar respuestas aproximadas a cálculos hechos con cifras grandes gracias a un talento natural, antes incluso de haber recibido clases de matemáticas. Para dar con estos hallazgos, los expertos trabajaron con niños de cinco años, a los que les hicieron resolver varios problemas de sumas y restas aproximadas con números comprendidos entre el cinco y el 98.
Uno de los ejercicios consistía en averiguar la solución a problemas como el siguiente: "Sara tiene 64 velas y regala trece, y John tiene 34, ¿quién tiene más velas?". Pese a que los niños no tenían conocimiento alguno sobre aritmética y no sabían cómo realizar sumas y restas a la perfección, fueron capaces de dar respuestas aproximadas.
El equipo de expertos detectó esa habilidad natural en niños procedentes de diferentes entornos sociales y sin importar si tenían que responder en un laboratorio o en un aula.
Al grupo de psicólogos le "sorprendió" darse cuenta que "de forma espontánea los niños empleaban su sentido numérico cuando se les presentaban problemas en aritmética simbólica".
Otra especialista afirmó que "hacen falta años para aprender aritmética simbólica exacta y ésta plantea dificultades para muchos niños". (EFE)

Pancho Villa, el guerrillero /III y último







La intervención imperialista de los Estados Unidos










La Revolución Mexicana puso a los Estados Unidos en una situación muy difícil. Las exigencias revolucionarias del campesinado hacían peligrar los compromisos con grandes intereses privados y fuertes inversiones de capital. En 1912 el capital estadunidense poseía el 78 por ciento de las minas, el 72 por ciento de las empresas metalúrgicas, el 56 por ciento de la extracción de petróleo y el 68 por ciento del caucho. Los imperialistas estadunidenses trataban de defender esos intereses privados en México. A lo largo de todo el siglo XIX, aprovechando la debilidad del Estado recién nacido de la lucha contra los colonialistas españoles y respaldados por Porfirio Díaz, se habían apoderado de casi dos millones y medio de kilómetros cuadrados de tierras mexicanas, desde California hasta Florida, incrementando en un tercio su extensión y exterminando a pueblos indígenas enteros.
La Revolución Mexicana fue también un movimiento antimperialista que salvó a su país de caer bajo la dominación extranjera de su vecino del norte. En enero de 1915 el gobierno de Venustiano Carranza adoptó una serie de medidas económicas encaminadas a la defensa de los recursos del país: nacionalizó el subsuelo, los bosques, la tierra y las aguas. Defendiendo el derecho de autodeterminación y la no ingerencia en los asuntos internos de los Estados soberanos, el 26 de septiembre de ese mismo año Venustiano Carranza se pronunció en contra de la Doctrina Monroe (doctrina en que los Estados Unidos se oponen al colonialismo y se autorizan a intervenir en cualquier situación que violase el precepto de "América para los americanos") que los estadunidenses trataban de imponer por toda Latinoamérica. También exigieron una autorización especial para extraer petróleo, y eso ya era demasiado para los magnates capitalistas: Estados Unidos concentró 100,000 elementos en la frontera y desató varias provocaciones.
Los manejos de los Estados Unidos podían impulsar al gobierno mexicano a mirar hacia las potencias imperialistas europeas, como ya había ensayado Victoriano Huerta. Interviniendo en la Revolución, los Estados Unidos pretendieron tomar posiciones favorables a sus monopolistas frente a las demás potencias imperialistas al sur del Río Bravo. Por eso el 9 de abril de 1914 los marines desembarcaron en Tampico y fueron detenidos, lo que Washington consideró como un intolerable agravio a su honor. El presidente Wilson pidió ante el Congreso autorización para invadir México a fin de “conservar incólume nuestra gran influencia para el servicio de la libertad”. El 21 de abril de 1914 un contingente de 15,000 elementos desembarcó en Veracruz, otros tantos aguardaban preparados en las costas y 87 buques de guerra imponían un bloqueo a México. El pueblo de Veracruz se levantó en armas contra los ocupantes, que en noviembre se vieron obligados a retirarse a su país.
Las relaciones con los vecinos del norte eran confusas. Los Estados Unidos decían haber desembarcado sus tropas para apoyar a Carranza pero Carranza criticó la invasión. Los vecinos del norte desconfiaban también de su programa de nacionalizaciones, reforma agraria y separación de la Iglesia católica del Estado.
Por un lado, Pancho Villa ofreció a los norteamericanos la apertura de negociaciones y, por otro, Venustiano Carranza reprendió a Villa por haberle manifestado a George C. Carothers, el agente especial del Departamento de Estado norteamericano en México, sus deseos de mantener una relación de paz entre su país y Estados Unidos. Durante los primeros diez meses de 1915 los Estados Unidos dudaron y trataron de mediar entre Carranza y Villa, hasta que finalmente reconocieron diplomáticamente a Carranza y autorizaron a las tropas de éste a penetrar en Estados Unidos para atacar por la espalda a las de Pancho Villa. El 19 de octubre, los Estados Unidos ayudaron a las fuerzas constitucionalistas en Sonora permitiendo a unos 4,000 hombres de Carranza cruzar la frontera, en un momento crítico durante el sitio que los villistas le tenían puesto a Agua Prieta (1 de noviembre de 1915).
La respuesta de Pancho Villa no se hizo esperar. A finales de 1915, Pancho Villa, en compañía de sus pocos hombres, había regresado a Chihuahua desde donde siguieron la guerra de guerrillas contra los ejércitos constitucionalistas durante cinco años. En enero de 1916, detuvo un tren en Santa Isabel, capturó a 16 gringos que viajaban en él y los fusiló. En marzo los atacó en su propio territorio, en Columbus, Nuevo México, y fusiló a diecinueve estadunidenses. En respuesta, el 15 de marzo 5,000 hombres y un escuadrón de aviones comandados por el general Pershing entraron a México. Entre los invasores estaba un experto en contrainsurgencia, Bill Donovan, posteriormente fundador, entre otros, de la CIA. El objetivo era la caza de Pancho Villa. Tres meses después las fuerzas se incrementaron hasta los 26,000 hombres y penetraron 700 kilómetros al interior de México, pero fracasaron en localizar a Villa y se encontraron con una encendida resistencia popular.
En octubre de 1916 Pancho Villa lanzó un manifiesto llamando a todos los mexicanos a unirse contra los ocupantes. Los invasores tuvieron que replegarse y Villa se convirtió en el único extranjero que atacó territorio estadunidense en sus casi dos siglos de historia antes del 11 de septiembre de 2001.

La muerte de Pancho Villa

A partir de 1920 Doroteo Arango se dedicó a la agricultura en una hacienda ubicada en su estado natal, Durango. Tres años después, el 20 de julio de 1923, fue emboscado y acribillado al cruzar el puente Guanajuato, cuando viajaba a Parral, Chihuahua. Pancho Villa no fue asesinado por los federales ni por Carranza, sino por un mercenario del nuevo presidente de México, Adolfo de la Huerta. Su tumba fue profanada en 1926 y robado su cráneo, que no ha vuelto a aparecer.

Pancho Villa, héroe de la Revolución para la posteridad

Villa, también conocido como el Centauro del Norte, fue un rebelde ejemplar, parte integrante y alma de los mexicanos oprimidos. En contra de lo que se ha difundido, no bebía ni fumaba. Jamás violó a ninguna mujer, aunque mantenía relación con dos simultáneamente, una en El Paso y otra en Chihuahua. Su gran afición eran los toros y las capeas.
John Reed, el periodista estadunidense que lo acompañó durante sus batallas por el norte de México, dejó un retrato excepcional de Villa en su extraordinario relato México insurgente:
“La gran pasión de Villa eran las escuelas. Creía que la tierra para el pueblo y las escuelas resolverían todos los problemas de la civilización. Las escuelas fueron una obsesión para él. Con frecuencia se le oía decir:
-Cuando pasé esta mañana por tal y tal calle, ví a un grupo de niños. Pongamos allí una escuela.”
Chihuahua tenía una población menor a los 40,000 habitantes. Pancho Villa estableció más de cincuenta escuelas allí. El gran sueño de su vida era enviar a su hijo a una escuela de los Estados Unidos. Tuvo que abandonar la idea por no tener dinero suficiente para pagar el medio año de enseñanza.

Fuentes:
http://www.antorcha.org/galeria/villa.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Pancho_Villa

Bob Dylan /Cantautor





Hubo 58 candidaturas
El arte de Dylan, galardonado en España




Bob Dylan ha sido distinguido en España con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2007.
El acta oficial del jurado, a la que dio lectura su presidente, José Lladó, subraya el carácter "austero en las formas y profundo en los mensajes" de Robert Allen Zimmerman (nombre real del cantautor), que conjuga "la canción y la poesía en una obra que crea escuela y determina la educación sentimental de muchos millones de personas".
Su obra, añade, es "fiel reflejo del espíritu de una época que busca respuestas en el viento para los deseos que habitan en el corazón de los seres humanos".
Bob Dylan nació en 1941 en Duluth, Minessota (EEUU). Es uno de los músicos más importantes de la historia del siglo XX, y es autor de canciones tan famosas como Knocking on heaven's door (Tocando en las puertas del cielo) y Like a rolling stone (Como una piedra rodante). En diversas ocasiones ha sido nominado al Premio Nobel de Literatura.
Además de compositor, el estadunidense es escritor y poeta. Su último disco, Modern Times (Tiempos Modernos), que se publicó en agosto del año pasado, le ha vuelto a colocar, a sus 65 años, a la cabeza de las listas de ventas en Estados Unidos.
En 1963, Bob Dylan editó uno de sus discos más emblemáticos, The frewheelin, en el que se incluía una de sus canciones más conocidas, Blowing in the wind (La respuesta resuena en el viento), que a los pocos meses se convirtió en un himno para su generación e inició el mito de Bob Dylan, que por aquella época únicamente acompañaba su voz con una guitarra acústica.
Unos años después da un giro en su estilo musical, y con la publicación de su libro Bringing it all back home (Regresándolos a casa), introduce sonidos electrónicos y cuida más la posproducción de sus discos.
En los años 70, Bob Dylan editó varios discos, pero en Hurricane, el más relevante, retomó sus letras de contenido social y denuncia política, con temas que criticaban el racismo lacerante de su país, como se demuestra en la canción dedicada al boxeador negro Huracán Carter.
Dylan, de familia judía, se cambió al cristianismo e introdujo variaciones en su música, en parte por la influencia del gospel y las letras de carácter místico.
Después de un infarto que sufrió en 1997 y que lo obligó a permanecer hospitalizado varias semanas, Dylan reapareció en un concierto ante el papa Juan Pablo II, lo que desató las críticas de algunos de sus seguidores.


LA RESPUESTA RESUENA EN EL VIENTO
(Bob Dylan, 1903)

¿Cuántos caminos debe recorrer un hombre
Antes de que lo consideres un “hombre”?
Sí, y ¿cuántos mares debe sobrevolar una paloma blanca
Antes de dormir en la arena?
Sí, y ¿cuántas veces deben volar las balas de cañon
Antes de que las prohíban para siempre?
La respuesta, amigo mío, resuena en el viento
La respuesta, resuena en el viento

Sí, y ¿cuántos años puede existir una montaña
Antes de que se diluya en el mar?
Sí, y ¿cuántos años puede existir alguien
Antes de que le permitan ser libre?
Sí, y ¿cuántas veces puede voltear la cabeza un hombre
Fingiendo simplemente no ver?
La respuesta, mi amigo, resuena en el viento
La respuesta, resuena en el viento

Sí, y ¿cuántas veces un hombre debe mirar hacia arriba
Antes de que pueda ver el cielo?
Sí, y ¿cuántas orejas debe tener un hombre
Antes de que pueda escuchar a la gente llorar?
Sí, y ¿cuántas muertes tolerará hasta que reconozca
Que ha muerto demasiada gente?
La respuesta, mi amigo, resuena en el viento
La respuesta, resuena en el viento

(Traducción: LVB)

Escucha en este enlace la versión clásica:



BLOWIN’ IN THE WIND
(Bob Dylan, 1963)

How many roads must a man walk down
Before you call him a man?
How many seas must a white dove sail
Before she sleeps in the sand?
Yes, 'n' how many times must the cannon balls fly
Before they're forever banned?
The answer, my friend, is blowin' in the wind,
The answer is blowin' in the wind.

Yes, 'n' how many years can a mountain exist
Before it is washed to the sea?
Yes, 'n' how many years can some people exist
Before they're allowed to be free?
Yes, 'n' how many times can a man turn his head,
Pretending that he just doesn't see?
The answer, my friend, is blowin' in the wind,
The answer is blowin' in the wind.

Yes, 'n' how many times must a man look up
Before he can see the sky?
Yes, 'n' how many ears must one man have
Before he can hear people cry?
Yes, 'n' how many deaths will it take till he knows
That too many people have died?
The answer, my friend, is blowin' in the wind,
The answer is blowin' in the wind.

Hablemos de... Las meninas






Las meninas

Óleo concluido por Velázquez en 1656










Leticia Cervón A.

Esta obra magistral de Diego Velázquez, conocida primero como La familia de Felipe IV, la realizó el pintor en su taller del Alcázar de Madrid (en España). Podemos describir la escena así:
En un día de 1656 pintaba Velázquez el retrato de los reyes Felipe IV y doña Mariana de Austria en el cuarto llamado "del príncipe" (donde le adaptaron su taller al pintor), ubicado en el piso bajo del Alcázar.
Presencian la ejecución del lienzo la infanta doña Margarita, de 5 años, hija de los reyes y futura emperatriz de Austria, y sus servidores más íntimos: dos damitas nobles llamadas "meninas" (palabra portuguesa que significa NIÑAS O DAMITAS DE COMPAÑÍA), el bufón Nicolasito, la enana Maribárbola y dos guardadamas. Abajo, echado y tranquilo vemos al mastín. La infanta tiene sed y una de sus meninas le trae un recipiente de barro con agua. De pronto, don José Nieto Velázquez abre la puerta del fondo para entrar en la sala.
Diego Velázquez representa así una "escena interior" que aparece como cotidiana y familiar. Su maestría resuelve los problemas de perspectiva y de luz de manera que se llega a tener la impresión de que las figuras se disponen a moverse.
Este lienzo mide 3.18 x 2.76 metros y está expuesto en el Museo del Prado de la ciudad de Madrid, España. El pintor Diego Rodríguez de Silva y Velázquez nació en Sevilla en junio de 1599 y murió en Madrid en 1660.
El Real Alcázar de Madrid fue la residencia de la Familia Real española y sede de la Corte desde el reinado de Carlos I hasta su destrucción en la Nochebuena de 1734.

Hermann Hesse /Escritor


(Alemania, 1877 - Suiza, 1962)




Hesse en Montagnola


Poeta y novelista alemán. Es uno de los escritores más representativos de la Europa actual, continuador de la línea del romanticismo alemán e intérprete al mismo tiempo de los problemas de la sociedad moderna. El tema central de su obra es la inquietud del hombre en busca de su destino.
Hijo de un pastor protestante, ingresó en 1891 en el seminario de Maulbronn, que abandonó al año siguiente. Trabajó primero como mecánico relojero y luego de librero. En 1903 viajó a Italia y en 1911 a la India. Vivió varios años en Berna, Suiza, y desde 1919 en Montagnola, junto a Lugano, Suiza. En 1946 obtuvo el Premio Nobel de Literatura.
Las raíces espirituales de Hesse hay que buscarlas en el pietismo (movimiento religioso protestante iniciado en Alemania en el siglo XVII) al que vino a unirse la experiencia del Lejano Oriente. Entre estos dos polos busca el auténtico ideal humano. Sus obras son en gran parte confesión de su interior. En su edad madura intenta armonizar los valores éticos y estéticos, la sabiduría del Oriente y la del Occidente. Su lenguaje es sencillo, fluido y musical y sabe expresar los más diversos matices del sentimiento.
Sus principales novelas son: Peter Camenzind (1904), historia de un vagabundo con rasgos autobiográficos; Unterm Rad (Bajo la rueda), 1906, en la que crtica la educación escolar; Gertrud (1910) y Rosshalde (1914), que tratan del conflicto entre la vocación artística y los deberes conyugales; Demian (1919), que es de nuevo la historia de un joven en busca de su destino; Siddharta (1922), en que varía el tema de la novela anterior poniendo por fondo el mundo de la India; Der Steppenwolf (El lobo estepario), 1927, muestra como en el hombre hay dos almas: una humana y otra de lobo; Narziss und Goldmund (Narciso y Goldmunda), 1930, representan al asceta y al esteta; Das Glasperlenspiel (El juego de las perlas de cristal), 1943, es la utopía de una orden de hombres espirituales dedicados a la contemplación.

El lobo / Cuento


Cuento de Hermann Hesse /Escrito en 1903


Nunca en las montañas francesas había habido un invierno tan terriblemente largo y frío. Desde hacía semanas el aire era claro y helado. De día, los grandes glaciares de un blanco mate inclinados se extendían infinitos bajo el cielo de un color azul muy vivo. De noche, la luna clara y pequeña pasaba por encima de ellos, una luna gélida de un brillo amarillento cuya luz intensa adquiría tonos azules y broncos en la nieve, semejando la personificación misma de la helada. Los hombres evitaban todos los caminos, especialmente las cumbres. Ateridos y maldicientes permanecían en las cabañas de sus aldeas, cuyas ventanas enrojecidas brillaban y se extinguían pronto, por la noche, de un modo turbio y humoso junto a la luz azulada de la luna.
Eran tiempos difíciles para los animales de la región. En gran cantidad los más pequeños perecían helados y también los pájaros sucumbían a la helada, mientras sus flacos cadáveres servían de botín a los azores y a los lobos. Pero éstos últimos también pasaban tremendas penalidades a causa del frío y el hambre.
Sólo unas pocas familias de lobos habitaban el lugar y la necesidad los empujó a estrechar vínculos. Se pasaban días andando solos. Aquí y allá, uno avanzaba por la nieve, flaco, hambriento y al acecho, silencioso y esquivo como un fantasma. Su delgada sombra se deslizaba junto a él por la nevada superficie. Tendía su hocico puntiagudo al viento, husmeando, y dejaba oír de vez en cuando un aullido seco y atormentado. Pero por la noche todos juntaban sus aullidos roncos y rodeaban las aldeas, donde el ganado y las aves de corral estaban a buen recaudo. Tras los sólidos postigos había carabinas apoyadas en la pared. Pocas veces obtenían un pequeño botín, por ejemplo, un perro, y ya habían sido abatidos dos miembros de la manada.
El frío persistía. A menudo los lobos yacían juntos, silenciosos y ensimismados, dándose calor unos a otros, y acechaban ansiosos el terreno frente a ellos sin vida, hasta que uno, atormentado por los crueles martirios del hambre, saltaba de pronto con tremendos aullidos. Los demás volvían entonces sus hocicos hacia él y estallaban todos juntos en un alarido terrible, amenazador, lastimero.
Finalmente, la parte más pequeña de la manada decidió emigrar. De madrugada abandonaron sus guaridas, se reunieron, y llenos de miedo y excitación husmearon el aire helado. Luego partieron con un trote rápido y regular. Los que quedaban los siguieron con ojos muy abiertos y vidriosos. Trotaron tras ellos algunas decenas de pasos, se detuvieron indecisos y desconcertados, y regresaron lentamente a las guaridas vacías.
Al llegar el mediodía los emigrantes se separaron. Tres de ellos se dirigieron al Este, hacia el Jura suizo, y los demás continuaron hacia el Sur. Los tres primeros eran animales hermosos y fuertes, pero tremendamente enflaquecidos. El vientre estrecho y de color claro era delgado como una correa, las costillas sobresalían de un modo lamentable, las fauces estaban secas, y los ojos, abiertos y desesperados. Los tres penetraron juntos en el Jura. Al segundo día cobraron un carnero y al tercer día, un perro y un potro, pero se vieron acosados furiosamente por todas partes por la población campesina. En la comarca, abundante en poblados y pequeñas ciudades, cundió el pánico ante aquellos intrusos inesperados. Los trineos del correo se armaron y nadie podía ir de un pueblo a otro sin fusil. En la región desconocida los tres animales, después de aquel botín tan bueno, se sentían a la vez cómodos y amedrentados. Se volvieron más temerarios que nunca y penetraron en pleno día en el establo de una hacienda. Bramidos de vacas, de caballos, y jadeos anhelantes llenaron el espacio cálido y angosto. Pero esta vez hubo gente que intervino. Se puso precio a los lobos y esto redobló el valor de los campesinos. Dos animales sucumbieron. Uno, con el cuello atravesado por la bala de un fúsil, el otro, abatido a hachazos. El tercero escapó y corrió hasta caer medio muerto en la nieve; era el más joven y hermoso de los lobos, una bestia orgullosa, de enorme fuerza y formas esbeltas. En el suelo, permaneció jadeante largo tiempo. Círculos de un rojo sangriento flotaban en remolino ante sus ojos, y de vez en cuando lanzaba un doloroso gemido sibilante por el hachazo que le había alcanzado el lomo. Pero se recuperó y pudo volver a levantarse. Sólo entonces se dio cuenta de lo mucho que se había alejado. No se veían seres humanos ni edificios por parte alguna. Muy cerca se alzaba una gran montaña cubierta de nieve. Era el Chasseral. Decidió rodearla. Como le atormentaba la sed, arrancó pequeños bocados de la dura y helada costra de la superficie nevada.
Al otro lado de la montaña encontró en seguida una aldea. La noche caía. Esperó en un espeso bosque de abetos. Después se deslizó con precaución alrededor de los vallados, siguiendo el olor de los establos calientes.
Nadie había en la calle. Con temor y codicia se deslizó por entre las casas. Sonó un disparo. Cuando levantaba la cabeza tomando impulso para echar a correr, estalló un segundo disparo que lo alcanzó. Su vientre blanquecino aparecía manchado de sangre en uno de los flancos y la sangre caía persistente en gruesas gotas. No obstante, consiguió escapar y a grandes saltos alcanzar el bosque del otro lado de la montaña. Allí esperó unos instantes al acecho hasta que escuchó voces. Levantó los ojos hacia la montaña escarpada, boscosa y de difícil ascenso. No hubo otra alternativa. Al pie de la montaña se extendía jadeante una confusión de blasfemias, órdenes y luces de linternas. El lobo herido corrió tembloroso a través del bosque de abetos en la penumbra, mientras la sangre parduzca iba goteando lentamente por su flanco.
El frío disminuyó. Al Oeste, el cielo aparecía vaporoso y parecía anunciar una nevada.
Agotado, el animal llegó al fin a la cumbre y encontró frente a él una gran extensión nevada, ligeramente inclinada, cerca del Mont Crosin, muy por encima de la aldea de la que había escapado. No tenía hambre, pero un dolor persistente y apagado le venía de la herida y un ladrido ronco y enfermizo salía de su hocico colgante. El corazón le palpitaba pesado y doloroso, y sentía la mano de la muerte oprimiéndole, como una carga díficil de soportar. Le atrajo un abeto de ancho ramaje, separado de los demás, y allí se sentó dirigiendo una mirada turbia a la terrible noche nevada. Pasó media hora. Entonces cayó sobre la nieve una luz extraña de un rojo tenue, suave. El lobo se incorporó con un gemido y volvió su hermosa cabeza hacia la luz. Era la luna que gigantesca y roja como la sangre salía por el Sureste y se alzaba lentamente en el cielo turbio. Hacía muchas semanas que no aparecía tan grande y roja. Los ojos del animal agonizante se clavaron tristemente en la opacidad del disco lunar y nuevamente un débil aullido resonó en la noche con estertor, sordo y doloroso.
Se oyeron pasos y luces aproximándose. Campesinos cubiertos con gruesos capotes, cazadores y jóvenes con gorros de piel y pesadas polainas, dejando atrás sus huellas sobre la nieve, gritaron de júbilo al descubrir el cuerpo moribundo del lobo. Le dispararon dos tiros, que no dieron en el blanco, pero al ver que ya agonizaba cayeron sobre él con palos y estacas. El animal ya nada sentía.
Después de haberle destrozado los miembros lo bajaron hasta St. Immer arrastrándolo. Reían, se ufanaban, se imaginaban ya unos buenos vasos de aguardiente y café. Cantaban y renegaban. Ninguno de ellos veía la belleza del bosque nevado, ni el brillo de las cumbres, ni la luna roja que flotaba sobre el Chasseral con su luz tenue reflejándose en los cañones de sus fusiles, en los cristales de la nieve y en los ojos vidriosos del lobo abatido.
FIN

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